De buena tinta

ANTE LA REFORMA DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES
(Comunicado de las Hermandades del Trabajo, Centro de Madrid)
-Extracto-
El pasado año 2.010 se inició en España el debate acerca de la necesidad de reformar el sistema de pensiones de jubilación de la Seguridad Social. Esto ha sido motivado por las presiones de los mercados financieros y de los países de la zona Euro sobre el Gobierno español ante la posible inviabilidad, a medio plazo, del vigente Sistema de pensiones públicas.

Causas del cuestionamiento del sistema de pensiones públicas.
Hasta ahora, las pensiones se venían regulando según lo acordado en 1.994 en el denominado Pacto de Toledo. Según estos acuerdos el pago de las prestaciones por jubilación se realiza con cargo a las cotizaciones de la Seguridad Social de los trabajadores en activo y no con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Este modelo es el que parece haber entrado en crisis, hasta el punto de hacer inviable el actual sistema. El descenso de la natalidad que se ha producido en las últimas décadas, con el consiguiente envejecimiento de la población, así como las altas tasas de desempleo son, entre otros, los factores que han desencadenado la situación. Actualmente, el número de pensionistas al 1 de diciembre de 2010 es de 8.739.732, siendo la pensión media de 785 euros. En esa misma fecha el número de afiliados a la Seguridad Social era de 17.161.920, es decir, la proporción entre activos y jubilados no llega a dos personas en activo por cada jubilado. Dadas las previsiones de vida y la baja tasa de natalidad es del todo lógico que ese índice siga decayendo en los próximos años. Por otro lado, el pago de las pensiones de jubilación supone el mayor coste asociado al envejecimiento, por encima del gasto sanitario y otros tipos de gastos. En estos momentos el coste de las pensiones de jubilación supone el 8 % del PIB, lo que supone 100.000 millones de euros anuales. En el año 2.020 se estima que supondrá el 15% del PIB. Ya hay expertos que prevén qué a partir de esa fecha el sistema actual no será viable.

Hermandades del Trabajo – Centro de Madrid:

Nuestra reflexión ante la reforma.

Con los datos sobre la mesa entendemos que resulta razonable que se lleve a cabo una reforma del sistema actual de pensiones públicas. Y nos congratulamos que lo que en un principio era una determinación exclusiva del Gobierno, al final se haya sustanciado con un acuerdo con los agentes sociales y, en el espíritu de los Pactos de Toledo, tenga vocación de unos mayores consensos en el Parlamento Español. No obstante, nos parece que la reforma del sistema público de pensiones que se ha puesto en marcha resulta injusta por que pone la carga sobre los más débiles y no tiene en cuenta un conjunto de reformas que puedan hacer viable el mismo acuerdo.
Si por mantener el sistema publico de pensiones es necesario que los trabajadores hagan este esfuerzo, puede valer; pero no podemos por menos que mostrar nuestra indignación ante el hecho de que sean sobre todo los pensionistas y trabajadores los que tengan que cargar con las consecuencias de una crisis que ellos no han causado. Por otro lado, al no concretar otras reformas que son necesarias en nuestro sistema económico y productivo, resulta que incluso lo propuesto va a ir en mayor detrimento de los futuros pensionistas.

¿Qué elementos no se están teniendo presentes en la actual reforma?
Es un hecho, el que los jóvenes se incorporan cada vez más tarde al mercado laboral, en estos momentos tenemos una tasa de paro juvenil del 43%. También lo es el que actualmente la edad media de jubilación es de 63 años, en razón de los expedientes de regulación de empleo (ERES), y de que a determinada edad es prácticamente imposible acceder a un puesto de trabajo. Del mismo modo, en la situación de paro endémico que sufre nuestro país, actualmente con una tasa superior al 21 %, es muy difícil que la mayoría de los trabajadores cumplan con la carrera de cotización que se les exige para acceder a la pensión completa. En nuestra opinión, al final, la reforma se carga sobre los hombros de los trabajadores-pensionistas, pero sin darles la ocasión de poder responder a los requisitos que se les exige
Pensamos, pues, que no puede acometerse esta reforma sin emprender otras de igual o más calado. No basta con solo hacer un pacto de principios como el que se recoge en el Acuerdo sobre Políticas Activas de Empleo; es preciso afrontar la crisis en su globalidad. A modo de inventario, señalamos los siguientes puntos a tener en cuenta:
- Mejora de la situación económica y la creación de empleo. Con una tasa de desempleo de más del 21%, no cabe duda que el primer paso a dar para garantizar nuestro estado de bienestar es establecer un marco económico que nos permita recuperar la senda de crecimiento a través de una economía más productiva y competitiva –que no pasa por la simple reducción de salarios– que haga posible la creación del empleo.
- Mercado de trabajo. Resulta prioritario promover un empleo de calidad que haga realmente posible el que los trabajadores coticen los años necesarios para jubilarse con la pensión completa; al igual que se aproxime de un modo efectivo la edad legal de jubilación con la edad real. Junto a esto, es preciso promover una concepción del trabajo que reconozca ante todo la dignidad de los trabajadores y su valor como elemento de construcción y cohesión social.

- La reforma educativa: Como indican todos los informes, nuestro país ocupa los últimos puestos respecto a la educación de las generaciones más jóvenes; el elevado fracaso escolar y el bajo nivel educativo con el que salen nuestros jóvenes del sistema, manifiestan que éste necesita una verdadera reforma concertada entre los partidos políticos mayoritarios contando con la participación de los agentes implicados. En este marco de desajuste general queremos referirnos a la formación profesional. Consideramos necesario que el Estado refuerce la formación para el empleo; especialmente desde el campo de la Formación profesional, donde las nuevas generaciones reciban una formación y capacitación profesional que puedan situarlas a un nivel internacional con la máxima competencia.
- La baja tasa de natalidad con el escaso relevo generacional: Los economistas consideran que la actual evolución demográfica es una de las principales causas de la inviabilidad en un futuro no lejano del actual sistema de pensiones. Las medidas a tomar son múltiples, pero resultan fundamentales todas aquellas que promuevan una cultura de la vida y permitan conciliar vida familiar y actividad laboral.
- Control de la economía sumergida y lucha contra el fraude fiscal. Es necesario que a la Seguridad Social lleguen todas las cotizaciones de los trabajadores en activo. Por tanto, es preciso controlar a través de las diversas inspecciones las actividades económicas que de un modo irregular evaden su contribución a las arcas del Estado.
- Promover unas medidas de austeridad. A nadie se le oculta que una de las causas de la crisis actual ha sido el despilfarro que ha presidido el funcionamiento de muchas instancias sociales y políticas. No obstante, dicho esto, consideramos que la crisis que afecta al Estado de Bienestar, en general, y al sistema de pensiones, en particular, no se debe sólo a causas exclusivamente económicas, sino también morales. Da la impresión de que, en los años de bonanza, en lo que respecta a la actividad económica tanto la sociedad como la clase política-dirigente ha dado de lado a los criterios éticos que como actividad humana deben regularla.
El referente para la reforma: la promoción del bien común
De este modo, consideramos que las medidas que deben tomar la clase política y los agentes sociales deben estar encaminadas a promover el bien común. En este sentido, pedimos responsabilidad a todas las fuerzas políticas y sociales para que, a la hora de tomar las decisiones que sean necesarias respeten el espíritu del Pacto de Toledo.
El bien común siempre mira la justicia y cubrir las necesidades de los sectores más débiles de la sociedad, en este caso el de los trabajadores en paro y sus familias y el de los mayores jubilados. La Doctrina Social de la Iglesia habla acerca del destino universal de los bienes y como todos los bienes, también el del trabajo y el de las retribuciones de jubilación, deben gestionarse de modo que aseguren unas condiciones de vida digna para todos.

Resumiendo nuestra posición. Dentro de la grave crisis económica que padecemos, la reforma de las pensiones parece una medida necesaria, tanto por razones internas del sistema como para adaptarnos a las reglas impuestas por los mercados internacionales. No obstante, aunque la medida es necesaria no es un bien. Supone un recorte notable de derechos que, si no va unido a otras medidas que pongan en equilibrio el estado de bienestar, resulta injusto por cargar sobre los más débiles las consecuencias de una crisis que tiene muchos responsables. Hermandades del Trabajo, Centro de Madrid, considera necesario acometer otras reformas, articuladas con criterios éticos, que hagan posible la realización efectiva de los mismos acuerdos.

5 comentarios:

Gemaboo dijo...

Bienvenido a nuestro blog Juan Carlos y muchas gracias por tus palabras, muchas veces olvidamos lo que dices, todos los hombres anhelan a Dios y se pasan la vida intentando llegar a El por diferentes caminos.

Ricardo dijo...

“la verdadera religiosidad no se contenta con la observancia puntual de unas ceremonias y la recitación escrupulosa de unas plegarias, sino que busca ser religión, es decir, busca que el hombre se adhiera al verdadero Dios y le dé un culto verdadero.”

Creo que la mejor forma de evitar ese adormecimiento que a veces nos invade como hombres y como cristianos (debido al religiosismo), es acercarnos a la gente, a la calle y a la vida, sin los adornos y el boato que acompañan a algunas de las celebraciones religiosas que destacas en tu escrito.

Así, con el corazón por delante; ayudas, te interesas, te involucras y evolucionas, “eres” religión, y te acercas al verdadero Dios.

Este blog es una de las herramientas que nos pueden ayudar a ello, y por tanto os deseo lo mejor en vuestra singladura.

También muchas gracias a ti Juan Carlos por tus palabras

Anónimo dijo...

Mis renovados saludos para todos los visitantes del blog. Como veréis, llego tarde a contestar a Ricardo, pero con vuestro permiso:

Es verdad, Ricardo, que la religión no debe reducirse a los actos externos, a la oración pública, es decir, a la liturgia; para no caer en un ritualismo insustancial.

Pero también es cierto que recluirse en la relación personal con Dios, desechando cualquier otra dimensión de la fe es igual de negativo. Puede sonar duro lo que voy a decir: pero eso es precisamente lo que potencian los protestantes: la interpretación personal de la Escritura. Aunque sea con toda la buena fe del mundo, sacar conclusiones personales de lo que debe ser la religión puede conllevar -y voy a utilizar una expresión que hace poco no me gustaba nada pero no hay otra- caer en la herejía.

Yo sé que practicar esto es difícil y que los no católicos nos critican precisamente esta "no apertura", pero esto es una trampa. Dios reveló al hombre una serie de verdades, que precisamente por provenir de Dios, tienen vocación de inmodificabilidad.
Esto no es perfecto cien por cien, porque el Señor también reveló que el instrumento de su revelación era el hombre, y éste es imperfecto. Por eso, otorgó potestad a unos hombres "escogidos", más sabios y prudentes que el resto (exclusivamente en la materia de la Revelación): los hombres del Magisterio de la Iglesia.

Como dice la Constitución Dogmática "Dei Verbum" (Concilio Vaticano II): "[El Magisterio VIVO de la Iglesia] tiene el oficio de interpretar AUTÉNTICAMENTE la palabra de Dios escrita o transmitida [...]. Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que LA SIRVE, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer".

Por lo tanto, ni liturgismo ni interpretación personal de la religión. Como todo en la vida: "In medio virtus".

Saludos para el pueblo más bonito del mundo...
Un abrazo a todos.

Gemaboo dijo...

Queridos amigos:
Cómo me alegra que el blog se vaya animando¡¡ Aunque nos vemos cada domingo, quedan pocos espacios para compartir nuestra fé más allá de la Misa del domingo y los quehaceres de la parroquia.
La verdad es que yo no creo que hoy el problema de los cristianos ni de la misma iglesia sea una religiosidad excesiva, más bien diría yo, nos invade un relativismo excesivo. Ese acercarnos a a gente y participar de sus problemas, del que habla Ricardo, yo lo veo muy claramente en el evangelio,y es que en el evangelio está todo: La caridad fraterna, la ayuda a los demás, la recomendación de la oración, la puesta en común de los bienes...Aquí está todo, pero todos no podemos cogerlo todo. Esto lo explica muy bien S. Pablo en el capitulo 12 de corintios, hablando del Cuerpo de Cristo: "...En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas..."
Debemos encontrar pues nuestro puesto dentro del seno de nuestra madre, la Iglesia, y todo a la luz del evangelio y del magisterio.
Estoy convencida de que cuando los cristianos traslademos a nuestra vida, la vida de Jesús,transformaremos el mundo, como lo hicieron los apóstoles, y como lo han hecho los santos de cada época o generación. En fin, esto es un proceso, un camino que se realiza a lo largo de toda una vida, de aquí las diferentes vocaciones o carismas.
Un abrazo para todos

Unknown dijo...

¡Ey! Por fin he tenido tiempo de entrar. bueno, de entrar, entrar... eso ya lo había hecho. De ver la página de arriba a abajo, de izquierda a derecha.
¡Ánimo! Desde aquí yo os apoyo también!

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