S. Maximiliano Kolbe

S. Maximiliano Kolbe                                                     
Nació en enero de 1894, en Zduńska Wola, en esas fechas parte del Zarato de Polonia, reino sometido al Imperio ruso, y fue bautizado con el nombre de Rajmund. Tuvo cuatro hermanos: Francis, Joseph, Walenty (que vivió un año) y Andrew (que vivió hasta los cuatro años de edad). Sus padres se trasladaron a Pabianice (Polonia) por motivos laborales. Un domingo en una homilía oyó decir al predicador que los Padres Franciscanos iban a abrir un seminario, en 1910 fue aceptado como fraile. Le cambiaron el nombre, de Raimundo a Maximiliano María. En 1927 fundó en Polonia a 40 km de Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada (Niepokalanów), Más tarde, como misionero en Japón, creó otra institución semejante. Fundó dos periódicos, El Caballero de la Inmaculada y El Pequeño Diario. Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó al Japón, donde empezó a editar hasta ocho revistas católicas, la de mayor distribución fue El Caballero de la Inmaculada que pronto llegó a tener 15.000 ejemplares llegando en su mejor época a casi un millón de ejemplares.
     Durante la Segunda guerra mundial, los nazis invadieron Polonia y bombardearon la Ciudad de la Inmaculada, llevándose prisionero al padre Maximiliano y a todos sus colaboradores. Él había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista El Caballero de la Inmaculada. Todo se lo destruyó la guerra. Fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz, donde se le adjudicó el número 16.670.
A fines de julio de 1941 se fugó un preso del campo de concentración de Auschwitz, y —según una norma intimidatoria de los nazis— por cada hombre fugado deberían morir diez. La primera elección recayó sobre el sargento polaco Franciszek Gajowniczek (de 40 años), quien en medio del silencio empezó a llorar: «Dios mío, tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?». Entonces Maximiliano Kolbe se ofreció para sustituir a ese hombre, diciendo: «Yo me ofrezco para sustituir a este hombre, soy sacerdote católico y polaco, y no estoy casado». El oficial lo aceptó y el padre Kolbe fue puesto en ayuno hasta morir. Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, mientras pudo, todos los días la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros: el pan dado a los prisioneros era ácimo y podía ser utilizado para la Eucaristía; guardianes que simpatizaban con él le hacían llegar el vino.

Tras padecer tres semanas de hambre extrema— sobrevivió (junto con tres más) a otros nueve presos represaliados, el 14 de agosto de 1941 fue asesinado por una inyección de fenol. Tenía 47 años de edad. En agosto de 1945, en el final de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Nagasaki, donde Kolbe tenía una de sus imprentas, fue destruida por la bomba atómica. Todos los trabajadores fallecieron más tarde, pero la imprenta quedó incólume.

El papa Pablo VI lo beatificó en 1971; a la fiesta asistió Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años atrás. Once años después, Juan Pablo II canonizó a éste ante una multitud de polacos, el 10 de octubre de 1982. Posteriormente fue nombrado patrón de los radioaficionados a petición de los radioaficionados polacos


0 comentarios:

VISITAS RECIBIDAS

contador de visitas